martes, 21 de febrero de 2017

"PREPARANDO CALOR". RECOGIDA DE AYUDA HUMANITARIA A SIRIA.

    
Cartel, por Grace E. y Dennis F.
      
      Por segunda vez nuestro Instituto, IES Juan de Herrera, hemos colaborado con la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio recogiendo alimentos, material escolar, artículos de higiene, juguetes y mantas, para los desplazados sirios que están malviviendo en campamentos dentro de sus fronteras. 

      Leticia Penadés López, del Grupo Escolar de Amnistía del Instituto, lo vivió así: 
"Hace más de un mes comenzó en el instituto Juan de Herrera una recogida solidaria para Siria. Gente de los alrededores venía y dejaba ropa, comida, juguetes y más cosas que a ellos ya no les servían, pero que para muchos refugiados eran un gran regalo. Poco a poco se formaron pequeñas montañas de “regalos” en el vestíbulo del instituto. Alumnos de todas las edades ayudaban en los recreos metiendo todo el material en cajas y preparándolo para su envío a Siria, algunas con mensajes alentadores en su interior. Aun así, la cantidad de comida, juguetes o medicinas nunca disminuía, pues tal era la suma de personas que venían a ayudar con su pequeño gesto que siempre había trabajo para los voluntarios.

Finalmente, tras semanas de esfuerzo, llegó la hora de preparar todas las cajas para ser recogidas. Después de comer, los alumnos voluntarios del grupo de Amnistía nos pusimos manos a la obra en el salón de actos del instituto. Mi amiga Jara y yo nos ofrecimos voluntarias para guardar toda la ropa, pero no sabíamos lo difícil que iba a ser. Nuestro trabajo consistía en ir a una sala donde estaba toda la ropa organizada por las conserjes en “ropa de mujer”, “ropa de hombre”, “ropa de niña”, etc, llevarla hasta el salón de actos, y allí guardarla bien en bolsas de basura perfectas para el transporte.

Mientras tanto, los demás voluntarios tenían que contar todas las cajas que había almacenadas, moviéndolas de un extremo al otro del salón de actos. Las cerraban y etiquetaban bien, y una compañera llevaba la cuenta en su cuaderno. Pero cuando terminaron, se dieron cuenta de que el número que tenían ellos apuntado no coincidía con el número real de cajas, así que tuvieron que volver a empezar. Aun así, nadie se quejó. Se lo tomaron con buen humor y, entre risas, volvieron a hacer todo el trabajo. Los más fuertes llevaban las cajas de cuatro en cuatro, otros, empujándolas, y un rato después, por fin habíamos terminado.

Todos estábamos contentos y satisfechos con todo lo que habíamos hecho, y sabíamos que, en unos días, se llevarían todas las cajas a los campos de refugiados, y habría muchas personas que agradecerían nuestro trabajo, porque lo que nosotros habíamos hecho era, más que meter ropa y mantas en cajas, era preparar calor para quien no lo tenía, más que meter juguetes en cajas, era dar lo que nosotros tenemos a niños que nunca lo han tenido, más que meter medicinas en cajas, era enviar esperanza."
      
      Esta vez se ha multiplicado la solidaridad, no solo de nuestro Instituto, sino también de otros Centros Escolares: el IES Guadarrama, los CEIP Miguel de Cervantes (Villalba), Mariano Benlliure (Collado-Villalba), Felipe II (El Escorial), y del Grupo Scout Matterhorn 217, además de personas particulares y familias. 
     
      Entre todos hemos conseguido, como dice Leticia, montañas que colapsaron la entrada al Instituto en solo quince días y que hacían que se nos saltaran las lágrimas atropelladas entre la alegría por tanta humanidad y el agobio por tener que organizar tamaño volumen. 
     
      Pero la solidaridad continuó y surgieron muchas manos que ayudaron a la tarea: en cada recreo siempre había una decena de personas (alumnos del grupo de Amnistía, otros del Grupo Específico Singular y de Formación Profesional, las conserjes, el aliento de Jefatura de Estudios...) empacando la ayuda en las cajas que amablemente nos cedían los supermercados del barrio.
    
      Un momento emocionante fue cuando recibimos al grupo de ocho refugiados del Proyecto "Integra" para una charla coloquio, y, al ver todos aquellos paquetes, se arremangaron y se pusieron como otros más a echar una mano.

      Fueron finalmente doscientas cincuenta y ocho cajas que hicieron insuficiente el camión de la Fundación SEUR, de modo que tuvo que volver al día siguiente otra vez para transportar todo a los almacenes de la AAPS en Madrid. Esos dos camiones iban cargados de humanidad, simbolizada en un sobre lleno de dibujos de niños y niñas del CEIP Miguel de Cervantes, que expresaban su deseo de que la guerra acabara, de que los niños sirios volvieran a jugar felices, ya fuera en su país o en España, donde querían darles la mano. 

     Pero nuestra labor no había terminado: la gente había aportado ropa y calzado, a pesar de nuestra advertencia de que la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio no recoge ropa en España, pues les resulta más útil conseguirla en Turquía. Pues bien, nos encontramos con que teníamos cien bolsones de ropa. ¿Qué hacer con ella? Teníamos que ser lo más fieles posible a nuestra convocatoria, ya que la gente la había entregado para los desplazados. 
     
      Y en eso nos enteramos de una recogida en Galapagar para la Asociación Arena. Nos pusimos en contacto con Vanesa, en su panadería, que recibió entusiasmada nuestro aviso y organizó a sus gentes para que hicieran varios viajes en coches particulares para llevársela, así que quisimos agradecérselo personalmente, y conocimos en Galapagar a Vanesa y también a Julián, promotores de causas solidarias de todo tipo en su pueblo. 

      Y nos presentaron a Teresa Vázquez, de esa Asociación Arena, una mujer con una fuerza increíble, que nos aclaró que que separarían la ropa para hacerla llegar a refugiados del este de Europa, pero también a los campamentos de Calais.

      Nos contó que ya han hacho algún envío de ayuda (ropa, generadores eléctricos...)  y comprobando la crueldad en las aduanas y la burocracia tremenda que les exigen para poder hacerlo llegar. De su tristeza, de su enfado por la insensibilidad de las autoridades, saca una enorme energía: "Podemos poner fronteras. Da igual. Seguirán viniendo. Hay de nuevo una crisis dramática en Lesbos, porque el dinero prometido por la Unión Europea a Turquía, no llega, y los turcos están dejando pasar a los refugiados". Le dijimos que estamos recibiendo llamamientos a la desobediencia ciudadana respecto a la política de acogida a los refugiados. Y respondió "No es desobediencia, sino obediencia al compromiso que España, Europa ha contraído y está incumpliendo"

IMÁGENES DE LA RECOGIDA EN EL JUAN DE HERRERA